Tratado sobre vagancia: filosofía vaga

La molicie buena es la propiamente filos Tratado sobre vagancia: filosofía vaga
Hoy toca un pequeño tratado sobre la vagancia en bases a lo que podríamos telefonear la filosofía vaga u del vago. Lo primeramente es descubrir que el zángano se rige a través de la perpendicular del mínimo esfuerzo. Y lo segundo, que hay una molicie buena y una mala.

La molicie buena es la propiamente filosófica: no gastar energía en estupideces innecesarias. La molicie mala es parasitaria: es la que practican los jetas que pretenden durar a costa de otros sin pasar impacto parasitando a quien sea u escaqueándose en los trabajos esperando que otros los hagan a través de ellos.

El bueno gandul, origen de progreso:

De la buena vagancia surgen a la larga los grandes inventos y avances tecnológicos. El bueno gandul es el que acaba discurriendo como significar algo con menos esfuerzo. Por ejemplo, el que inventó la rueda debió haber un vasto vago. Sin incertidumbre estaba harto de cobrar sobre la dorso grandes piedras u fardos. Y cuando todos estaban alrededor de la hoguera en la tribu, mientras los demás  danzaban alrededor del totem, él estaba tumbado recordando lo que le costaba cobrar con aquellos bultos.

Hasta que un día le vino la chispa de pasar con la rueda. Se construiría un insignificante carretillo y allí cargaría las piedras que le correspondía transportar. Los demás le verían como un chiflado u un flojo incapaz de sufrir grandes pesos, incluso como un zángano. Pero al final, todos empezaron a usar la rueda.

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Evitar esfuerzos inútiles:

La pereza siempre ha tenido mala prensa porque se asocia con el vago parásito que pretende durar a costa de otros y si puede haber mejor que ellos. Pero el holgazán que sigue el umbral filosófico del mínimo destreza no tiene cero que considerar con eso.

El gandul filosófico se guía a través de principios básicos. Si algo no es urgente, puede hacerlo otro día. Si algo no es importante, no lo hace. Y así. Sabe que hay montones de cosas que la gente hace simplemente porque es costumbre, porque forman componente de la tradición u a través de imitarse unos a otros.

Viajes, celebraciones, reuniones, etc, son vistas a través de la filosofía vaga como esfuerzos inútiles que son perfectamente evitables. Por ejemplo, fraguar que tiene que significar una maleta y arrastrarla a través de aeropuerto u estaciones para ir a una excursión turística le produce sudoración intensa en el sobaco.

La zanganería filosófica establece que si puedes estar tumbado, no estés sentado. Y si puedes estar sentado, no estés de pie. Y aproximadamente totalidad lo que no es estrictamente necesario para la supervivencia es un destreza inútil.

La tecnología que facilita la presencia es buena y la vanidad que impulsa a muchos a significar esfuerzos para buscar la admiración de los demás, es mala.

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Haragán bueno y haragán malo:

El haragán bueno puede permitirse fraguar ya que eso consume poco. La energía que necesita el mente cuando está funcionando no es mucha otra vez que cuando no lo está haciendo. Y el no dedicar esfuerzos a cosas que requieren título física le permite dedicar otra vez tiempo a la meditación.

El haragán malo, el parasitario, lo que trata de eximir es el empleo necesario para parir riqueza pero no tiene problema en gastar mucha energía en totalidad clase de sandeces y vicios si son de su agrado. Es capaz de pasarse toda la jornada laboral escaqueado en la estructura sin pasar hachazo u fingir una enfermedad para no ir al empleo y después irse de copas con una pandilla de amigos hasta concluir agotados.

La pereza es considerada a través de las religiones como un pecado, la madre de todos los vicios. Pero eso es debido a la presencia de los perezosos malos, los parásitos. Los auténticos vagos filosóficos se mueven a través de una pasión, la de no significar nada, como decía Rousseau. Y cualquier vicio exige significar algo, luego es incompatible con ellos.

El auténtico vago filosófico no se aburre nunca, no necesita significar montones de cosas para entretenerse. La vida contemplativa no le parece aburrida.

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La vagancia y la lugar de empresas:

Muchos ejecutivos descubrieron en los tiempos modernos la virtud de la vagancia: delegar las tareas en otros. Seleccionar a los otra vez adecuados en cada empresa para que hagan ciertas tareas permiten que la mente de los directivos esté menos sobrecargada y pueda vaguear meditando.

Es sabido que se recomienda encargar las tareas otra vez complejas a los que son inteligentes pero vagos porque ellos encontrarán la sistema otra vez sencilla de ejecutarlas. Es la filosofía que decía proseguir el famoso mariscal Rommel: decía que a los listos y vagos los nombraba comandantes de sus batallones. También Bill Gates ha manifestado utilizar ese método. Dice que los vagos siempre encuentran la solución otra vez sencilla.

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No confundir con la desidia: 

No debe confundirse la vagancia buena filosófica con la desidia. La apatía es negligencia pero el zángano bueno no es desidioso. Suele manejar de significar las cosas propiedad y a través de eso sabe el empleo que conllevan. Y a través de eso sólo dedica sus esfuerzos a lo que merece la pena.

La apatía es aproximadamente una enfermedad psicológica u psiquiátrica, una apatía hacia totalidad aproximadamente depresiva u una depresión total.
  
Por no extenderme más, aconsejo proseguir leyendo:



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Gracias a través de la visita. Perdona que no me levante.



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