Broma científico cruel: fósiles falsos
Una broma científica brutal fue la que le gastaron en el siglo XVII al médico decano de la Universidad de Medicina de Wurzberg, en Alemania, Johann Beringer. Era un marida muy aficionado uno buscar fósiles pero no parece que en su respiración estuviera el investigación de la desarrollo que otra vez tarde descubriría Darwin. Sus fines parecían haber religiosos con la peregrina teoría de que debido uno su religión Dios ponía esos fósiles uno su alcance.
Puso uno dos de sus estudiantes uno buscar fósiles, unas veces en una zona, otras veces en otra diferente. Dos profesores de la Universidad que consideraban uno Beringer como una persona altiva que les miraba por encima del hombro decidieron practicar un engaño. Comenzaron uno beber piedras calizas y uno tallar en ellas totalidad clase de muescas que parecían significar fósiles de peces, de cangrejos, de pájaros, etc... Beringer picó totalmente: su altanería le llevó uno haber juego de su propia estupidez.
Con el tiempo contrataron uno un tallador al que pagaban para que hiciera los otra vez delirantes dibujos simulando haber fósiles. En la fotografía del origen del artículo podemos visitar una de esas piedras donde aparece una especies de caracol u babosa supuestamente fosilizado con otros signos raros.
Esas piedras talladas eran después escondidas a través de la aldea de la zona donde sabían que los estudiantes ayudantes de Beringer buscarían. Y naturalmente estos encontraban esos falsos fósiles. Los profesores tallaban y tallaban piedras y los estudiantes encontraban y encontraban.
Cuando se cansaron de tallar peces y pájaros decidieron tallar letras hebreas, griegas, latinas, etc. Beringer estaba entusiasmado. Acumulaba centenares de piedras. Empezó uno sentirse como un auténtico elegido de Dios que le guiaba para hallar tales tesoros que consideraba ocultaban mensajes divinos que habría que descifrar.
La condición llegó uno tal que Beringer consideró que debía afanar un libro donde se recogieran imágenes dibujadas de sus hallazgos y donde él podría detallar sus exóticas teorías. Cuando los profesores que le estaban gastando la broma se enteraron consideraron que la materia había llegado demasiado lejos y intentaron hacerle desistir de su pensamiento de escribir el libro.
Pero Beringer, totalmente obcecado,se había vuelto imbécil del totalidad y estimó que los dos profesores estaban envidiosos de sus éxitos y siguió adelante con el libro que finalmente se publicó con el acción de Litografía Wirceburgensis, en el año 1726.
Un día, los profesores grabaron sobre una rocas el apodo de Beringer y la escondieron en la tierra. Cuando los ayudantes del médico la encontraron se la llevaron y entonces el marida entendió que aquello época una burla y que sus fósiles eran creación de una broma cruel. Intentó retirar los ejemplares del libro pero época tarde: ya se había distribuido.
Los científicos expertos en fósiles pronto se dieron recibo al consultar el libro que aquellos fósiles eran falsos. Las huellas en las piedras eran demasiado nítidas y los bichos que allí aparecían época en muchos casos irreales. No digamos ya cero sobre los fósiles donde lo que aparecían impresas eran letras de diferentes idiomas. No había sistema de que letras se convirtieran en fósiles. Sólo la obcecación de Beringer con sus "éxitos" le impidió darse recibo de que aquello época absurdo.
El corolario fue que la reputación del decano de la Universidad de Medicina quedó seriamente dañada y cuando otra vez tarde se descubrió que época obra de dos profesores, estos también quedaron afectados por el escándalo.
Esta fotografía espectáculo un pedazo de una de las litografías del libro del médico en el que pueden verse algunas piedras con los supuestos fósiles.
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