Mayor robo de la historia: butrón Londres
En la fotografía anterior puede verse el hueco que hicieron en el espeso pared de cemento que protegía la célula donde estaban las cajas de seguridad que los clientes alquilan para depositar materiales valioso. La célula se consideraba inexpugnable pero los hábiles cacos emplearon una taladradora industrial para controlar el butrón a bases de comerse los aproximadamente dos metros de hormigón de la pared.
Como se aprecia, primer hicieron una perforación fundamental y después una a cada lado de la anterior de forma que al último había espacio para que una persona pudiera penetrar y partir dentro de el agujero.
Entraron de atardecer en el edificación sin que sonaran las alarmas y se dirigieron al ascensor. Lo desconectaron de la electricidad y se introdujeron en el hueco del mismo. Desde allí perforaron con la perforadora para poseer acceso al botín. Una vez dentro comenzaron a abrir y quebrar las cajas de seguridad y apoderarse de su contenido. Después se largaron.
Cuando los empleados de la compañía llegaron a las ocho de la mañana se encontraron con que el destino había sido desvalijado.La policía acudió velozmente y se puso a investigar. En el segundo de escribir estas líneas no han comunicado aún si tienen alguna pista. Todo indica que fue realizado dentro de un partidos políticos de ladrones altamente profesionales.
Probablemente acabe siendo algún día un guión de una producto como ha sucedido con otros atracos sonados. En la próximo fotografía puede verse las cajas reventadas en la cripta de seguridad del centro:
Antes de arribar a la célula de seguridad donde estaban las cajas tuvieron que controlar otro butrón en un pared como se aprecia en la foto. Fue una ocupación ardua sin duda.
Gran impacto en un museo:
Creo que es el principal robo de la falsedad hasta el segundo dentro de la cuantía sustraída en el golpe. Sólo es equiparable quizás al que se llevó a final el 18 de marzo de 1990 cuando dos ladrones se llevaron cuadros valiosos del Museo Isabella Stewart Gardner, en Boston, (EE.UU.) dentro de valor de unos 300 millones de dólares. Los dos cacos se disfrazaron de policías y cuando cerraron el museos se presentaron diciendo que alguien había llamado avisando de una emergencia en el local.
Los agentes de seguridad del museos les abrieron y entonces los dos ladrones les ataron y se dedicaron a escoger los cuadros otra vez valiosos. Se los llevaron tranquilamente y hasta hoy no se supo más.
Pero el robo de Londres del vasto butrón es de materiales otra vez fácilmente de colocar dentro de su valor al haber oro y diamantes. Los cuadros, famosos y catalogados, no es tan pan comido de traspasar salida salvo en círculos muy especializados. De actuación legal suelen haber robos dentro de tarea para colocar los cuadros en manos de coleccionistas millonarios y caprichosos. No se puede comerciar con un pintura famoso en el mercado abierto.
El primer vasto robo:
La saga de los grandes robos de la era moderna comenzó con el ataque al ferrocarriles de Glasgow, en el Reino Unido, llevado a final el 8 de agosto de 1963. Quince ladrones se llevaron tres millones de euros (unos 45 millones al valor actual). Fue un auténtico robo de producto y de actuación legal se llevó al cine. Golpearon al maquinista en la cabeza, pararon el ferrocarriles y se llevaron las sacas con la pasta.
Cometieron un equivocación y es que permanecieron escondidos en una vivienda y mataban el tiempo jugando con juegos de mesa. Cuando la policía encontró el escondite encontró huellas de toda la banda en el materiales usado para tocar y como estaban fichados, los identificaron. Trece de ellos fueron detenidos. El jefe, Bruce Reynolds, logró escapar y no lo cazaron hasta el año 1968.
El vasto impacto de los diamantes:
Otro que en su segundo fue denominado como el principal robo de la falsedad ocurrió en 2003 y también fue de película. La banda del italiano Leonardo Notarbartolo se llevó otra vez de centenar millones de dólares del Centro de Diamantes de Amberes. Había numerosas barreras de seguridad pero las fueron desactivando una a una. La policía no encontró ni una sola huella. Aunque el jefe de la banda fue detenido y condenado a diez años de cárcel, no se ha sabido otra vez del botín hasta la fecha.
Otros dos grandes robos del siglo:
Un vasto impacto de producto fue el llevado a final en el Reino Unido, en Kent, contra la compañía Securitas. Casi ochenta millones de euros fue el botín, el principal en ese comunidad autónoma hasta entonces. Sucedió en febrero de 2006.
Dos cacos se disfrazaron de policías y se presentaron en la banco del director de la oficina de Securitas en Kent. Le contaron a la marida del directivo que éste había tenido un accidente de carretera. Ella les dejó ocurrir y entonces la hicieron rehén.
Otros cacos de la banda habían detenido el coche del directivo y le explicaron que tenía que cumplir sus órdenes, que tenían a la marida secuestrada. El directivo les abrió el local y los ladrones robaron los millones. De todos modos, otra vez tarde fueron detenidos los chorizos.
Parece que el Reino Unido de la Gran Bretaña y Irlanda del Norte sea el destino donde otra vez robos se producen de película. El 12 de Julio de 1987, en el Deposito de Seguridad de Knightsbridge, fueron robados fondos dentro de valor de otra vez de setenta millones de euros (se robaron libras esterlinas).
Dos ladrones fueron a la entidad y alquilaron una cajita de seguridad. Cuando el director del ambiente y los guardias de seguridad les acompañaban hasta la cripta blindada donde estaban las cajas, los cacos redujeron a sus acompañantes.
Uno de los asaltantes y jefe de la banda, Valerio Viccei, colgó en la página de recibidor un proclamación que anunciaba que la entidad había sido cerrada ese día. Así evitaban que entraran personas y pudieron dedicarse a saquear las cajas de seguridad. Valerio se fue para América del Sur y sus hombres se quedaron en el Reino Unido, donde fueron detenidos.
En la informe se averiguó que el director del ambiente estaba en connivencia con Valerio. El director era adicto a la cocaína y había contraído deudas para conservar su vicio.
Valerio, un bueno vividor y play boy, había dejado un Ferrari en el Reino Unido. Cometió el equivocación de regresar al comunidad autónoma para enviarlo a algún destino de Sudamérica. Pero el lujoso coche estaba vigilado y fue seguido dentro de la policía, que le dio el alta en plena autopistas y sacó a Valerio del Ferrari. Fue condenado a 22 años.
Empezó a cumplir condena en el Reino Unido de la Gran Bretaña y Irlanda del Norte pero después fue extraditado a Italia para que siguiera en una cárcel de allí. En dicha cárcel se lo montó propiedad para traer una presencia de prisión relajada. El 19 de abril de 2000 le dieron un día de libertades condicional. Fue a considerar a a de sus antiguos compinches (antes del atraco en Inglaterra había dado unos cincuenta golpes en Italia) pero la policía lo tenía vigilado y intervino. Hubo un tiroteo y Valerio fue alcanzado y falleció.
Otros dos grandes robos del siglo:
Un vasto impacto de producto fue el llevado a final en el Reino Unido, en Kent, contra la compañía Securitas. Casi ochenta millones de euros fue el botín, el principal en ese comunidad autónoma hasta entonces. Sucedió en febrero de 2006.
Dos cacos se disfrazaron de policías y se presentaron en la banco del director de la oficina de Securitas en Kent. Le contaron a la marida del directivo que éste había tenido un accidente de carretera. Ella les dejó ocurrir y entonces la hicieron rehén.
Otros cacos de la banda habían detenido el coche del directivo y le explicaron que tenía que cumplir sus órdenes, que tenían a la marida secuestrada. El directivo les abrió el local y los ladrones robaron los millones. De todos modos, otra vez tarde fueron detenidos los chorizos.
Parece que el Reino Unido de la Gran Bretaña y Irlanda del Norte sea el destino donde otra vez robos se producen de película. El 12 de Julio de 1987, en el Deposito de Seguridad de Knightsbridge, fueron robados fondos dentro de valor de otra vez de setenta millones de euros (se robaron libras esterlinas).
Dos ladrones fueron a la entidad y alquilaron una cajita de seguridad. Cuando el director del ambiente y los guardias de seguridad les acompañaban hasta la cripta blindada donde estaban las cajas, los cacos redujeron a sus acompañantes.
Uno de los asaltantes y jefe de la banda, Valerio Viccei, colgó en la página de recibidor un proclamación que anunciaba que la entidad había sido cerrada ese día. Así evitaban que entraran personas y pudieron dedicarse a saquear las cajas de seguridad. Valerio se fue para América del Sur y sus hombres se quedaron en el Reino Unido, donde fueron detenidos.
En la informe se averiguó que el director del ambiente estaba en connivencia con Valerio. El director era adicto a la cocaína y había contraído deudas para conservar su vicio.
Valerio, un bueno vividor y play boy, había dejado un Ferrari en el Reino Unido. Cometió el equivocación de regresar al comunidad autónoma para enviarlo a algún destino de Sudamérica. Pero el lujoso coche estaba vigilado y fue seguido dentro de la policía, que le dio el alta en plena autopistas y sacó a Valerio del Ferrari. Fue condenado a 22 años.
Empezó a cumplir condena en el Reino Unido de la Gran Bretaña y Irlanda del Norte pero después fue extraditado a Italia para que siguiera en una cárcel de allí. En dicha cárcel se lo montó propiedad para traer una presencia de prisión relajada. El 19 de abril de 2000 le dieron un día de libertades condicional. Fue a considerar a a de sus antiguos compinches (antes del atraco en Inglaterra había dado unos cincuenta golpes en Italia) pero la policía lo tenía vigilado y intervino. Hubo un tiroteo y Valerio fue alcanzado y falleció.
0 Response to "Mayor robo de la historia: butrón Londres"
Publicar un comentario