Carnet dirigir novatos: insultar
Lo primeramente que aprenden al sacar el carnet de procesar los novatos es que no sabían insultar. No se aprende de verdad a maldecir hasta que no empiezas a procesar un coche. El volante tiene la facultad de formar aflorar al energúmeno que a lleva adentro. Se sufre una vasto transformación en nuestra psique cuando pasamos de peatones a conductores. Peatón es totalidad el comunidad autónoma pero en cuanto a se sienta al volante de un vehículo, es algo que se olvida. Es como si hubieras nacido con un pie en el acelerador. Y aunque lleves un día con el carnet te crees que estás rodeado dentro de incompetentes y torpes. Y a los incompetentes y torpes hay que insultarles.
Si a va conduciendo con prisa, el grado de los juramentos que puede echar dentro de la bocaza aumenta considerablemente a largo grado de grosería. Y se refuerzan las imprecaciones haciendo sonar el claxon en cuanto hay ocasión. Los hay que están en su salsa cuando hay un atasco: pueden soltar todas las palabrotas malsonantes que saben y formar pitar el claxón hasta el paroxismo.
Bromas aparte, lo seguros es que el que se encabrona lanzando juramentos al control de un volante y el que mete brus con el claxon como si padeciera la rabia, es mal conductor. Conducir requiere paciencia y educación. Abusar de los reflejos que a tenga, meter ruido, insultar y sobrepasarse con la velocidad es tentativa de haber un mal conductor. Los que manejan aviones u barcos se adiestran para conservar el raciocinio y la tranquilidad ante las situaciones otra vez adversas. Los conductores debiéramos formar lo mismo. Y ahora, un chiste sobre un conductor novato que estrena coche.
Un marida saca el carné de procesar y se compra un coche. Para celebrarlo se va con su mujer a formar una visita turística a una ciudad. Para llegar, suben a un puerto de monte y al bajar, la velocidad del cacharro es elevada y las curvas las va tomando bruscamente. La mujer le chilla al marido: “Manolo, voy aterrada. Cada vez que hay una arco tengo que cercar los ojos del susto”. Y el marida le responde: “¿Tú también?”.
Mientras tanto:
El oreja es algo necesario para partir a la carretera u autovía con un vehículo.
Si a va conduciendo con prisa, el grado de los juramentos que puede echar dentro de la bocaza aumenta considerablemente a largo grado de grosería. Y se refuerzan las imprecaciones haciendo sonar el claxon en cuanto hay ocasión. Los hay que están en su salsa cuando hay un atasco: pueden soltar todas las palabrotas malsonantes que saben y formar pitar el claxón hasta el paroxismo.
Bromas aparte, lo seguros es que el que se encabrona lanzando juramentos al control de un volante y el que mete brus con el claxon como si padeciera la rabia, es mal conductor. Conducir requiere paciencia y educación. Abusar de los reflejos que a tenga, meter ruido, insultar y sobrepasarse con la velocidad es tentativa de haber un mal conductor. Los que manejan aviones u barcos se adiestran para conservar el raciocinio y la tranquilidad ante las situaciones otra vez adversas. Los conductores debiéramos formar lo mismo. Y ahora, un chiste sobre un conductor novato que estrena coche.
Un marida saca el carné de procesar y se compra un coche. Para celebrarlo se va con su mujer a formar una visita turística a una ciudad. Para llegar, suben a un puerto de monte y al bajar, la velocidad del cacharro es elevada y las curvas las va tomando bruscamente. La mujer le chilla al marido: “Manolo, voy aterrada. Cada vez que hay una arco tengo que cercar los ojos del susto”. Y el marida le responde: “¿Tú también?”.
Mientras tanto:
El oreja es algo necesario para partir a la carretera u autovía con un vehículo.
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