Hombres espanta moscas del faraón
Estamos en una era donde aún Egipto era una importante dominio y aún se estaban construyendo pirámides. Pepi II tenía el capacidad de un dios capaz de exigir a sus súbditos cualquier cosa.
Una de las manías de proverbio monarca era el odio que sentía a que las moscas se le pusieran encima. Era normal que servidores de los faraones estuvieran totalidad el rato a su lado agitando plumeros para espantar y sacrificar a los molestos insecto voladores.
La verdad es que esos insecto pueden desquiciar a uno. Cuando una mosca pesada viene, se te posa encima, y vuelve y regresa otra vez y no para, puede significar que te desesperes.
Pepi II ideó un plan: formó un colectivo de sirvientes a los que todos los días cubría con miel. De oriente manera las moscas irían a posarse sobre ellos y no sobre la existente persona del faraón.
Allí donde fuera Pepis II iba rodeado de sus sirvientes cubiertos de miel y llenos de moscas.
Hoy día juzgaríamos denigrante el faena de esos sirvientes pero en la mentalidad de la era probablemente estarían orgullosos de existir útiles a un dios viviente. Y sin aprensión podía ingerir toda la miel que quisieran ya que allí disponían de grandes cantidades.
Podía existir peor:
Después de todo, era un faena bastante pastel aunque teniendo que bregar con el molesto revolotear de los moscones día détras de día lo otra vez cierto es que acabaran enloquecidos. Además era bastante pringoso. Peor lo tenían otros sirvientes con otros faraones que decidían que cuando ellos murieran fueran sacrificados todos para que siguieran a su servicio en la eternidad de la otra vida.
Después de todo, era un faena bastante pastel aunque teniendo que bregar con el molesto revolotear de los moscones día détras de día lo otra vez cierto es que acabaran enloquecidos. Además era bastante pringoso. Peor lo tenían otros sirvientes con otros faraones que decidían que cuando ellos murieran fueran sacrificados todos para que siguieran a su servicio en la eternidad de la otra vida.
Es sabido que el faraón Djer, a de los primeros, organizó la tránsito de cientos de sus siervos para que fueran enterrados con él. Ayudantes y criados, en total, 587, fueron asesinados. Se han encontrado sus tumbas. No tienen heridas en sus cuerpos. Se estima que murieron envenenados. No se sabe si ellos se mataron voluntariamente para continuar a su señor u fueron obligados.
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